En una entrada anterior
llamada “cualquiera puede leer las cartas” hablamos de la gran variedad de
mazos temáticos disponibles en el mercado. Si bien es cierto que elegir un mazo
es un tema de afinidad y de conexión con la baraja (algo así como el amor a
primera vista), cuando de aprender se trata, el mazo ideal es el Rider Waite
Smith. Con esto no estoy diciendo que no compres ese mazo que te encanta, al
contrario, cómpralo y si está en tus posibilidades compra también el Rider
Waite Smith. Con ambos mazos vas a poder hacer un trabajo profundo de
aprendizaje ya que podrás buscar elementos comunes, comparar sensaciones y
aprender mucho más de esta valiosa herramienta. Octavio Déniz en su libro
“Fundamentos del Tarot: Adivinación y crecimiento personal” (2001, Llewellyn
Español) se refiere al tarot de esta manera:
“Con esta baraja aprenderás a entender el
pasado, para así comprender plenamente los acontecimientos presentes […] Para
poder expresar este conocimiento, el tarot emplea un lenguaje simbólico […]
Este conjunto de símbolos no pertenece a nadie y sin embargo es de todos. Habla
lo mismo al sabio que al aprendiz, aunque cada uno interpreta este lenguaje
según su capacidad. No hay, por tanto, una interpretación "correcta"
o "única" de las cartas, como no hay una forma única de acercarse a
su misterio. Por esto, quien quiere encontrar en el tarot una herramienta que
le permita conocer el futuro, la encuentra. Aquel que busca profundos secretos
esotéricos, tiene en el tarot a un aliado. Si es consejo espiritual o guía
psicológica, puede hallar respuestas en las cartas. El tarot es un conjunto de
símbolos […] que conecta con lo más profundo de nosotros. Es un libro de
complejidad creciente que podemos comenzar a leer en cualquier capítulo”.